La rentabilidad financiera se refiere al retorno que se ofrece a los fondos utilizados para financiar una inversión. Mientras que el rendimiento mide la riqueza generada por la inversión, la rentabilidad es el «premio» otorgado a los fondos propios empleados en su financiación.
Supongamos una inversión a un año de $1.000, que genera un 15% anual, libre de impuestos. Para financiar esta inversión, utilizamos $650 de los fondos propios de la empresa y $350 de un préstamo al 6% anual.
El rendimiento de la inversión sería del 15% sobre los $1.000, es decir, $150.
Este rendimiento, antes de distribuirlo a los accionistas, debe asumir el costo financiero de la deuda. El 6% de $350 equivale a $21. Este costo financiero es del 6% sobre los $350, por lo que asciende a $21.
Descontando el costo de la financiación, obtenemos el rendimiento que puede destinarse a la retribución de los accionistas. En nuestro ejemplo:
$150 – $21 = $129
Este importe de $129 es el «premio» que ofrecemos a nuestros accionistas por haber aportado fondos para la realización del negocio. Es la retribución a los fondos propios, conocida como rentabilidad financiera o ROE (Return On Equity).
Generalmente, expresamos la rentabilidad como un porcentaje a partir de la siguiente fórmula:
En nuestro caso, la rentabilidad financiera obtenida es del 19,8%, mientras que el rendimiento de la inversión es del 15%. Como podemos observar, al financiar parte de la inversión con deuda (fondos ajenos), la rentabilidad financiera no coincide con el rendimiento económico. Esta estrategia, que utiliza la deuda para incrementar la rentabilidad de los fondos propios, se conoce como apalancamiento financiero.
Por lo tanto, la rentabilidad financiera depende del rendimiento económico de la inversión, del costo financiero de la deuda, y del tipo impositivo vigente. Sin embargo, este último factor será el tema de un próximo artículo.
En resumen, la rentabilidad financiera (ROE) es una medida clave para evaluar el retorno que una empresa genera sobre los fondos propios invertidos. A través del apalancamiento financiero, es posible aumentar esta rentabilidad al utilizar deuda como parte de la financiación. Sin embargo, es crucial entender que este enfoque conlleva riesgos, ya que el costo de la deuda y las condiciones del mercado pueden afectar significativamente los resultados.
En última instancia, la rentabilidad financiera no solo refleja la eficiencia con la que una empresa utiliza sus recursos propios, sino también cómo maneja su estructura de capital. Por ello, es un indicador fundamental para los accionistas y para la toma de decisiones estratégicas en la empresa.
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